
Hoy tuvimos una reunión maternal-de trabajo... (más maternal que de trabajo)... con una amiga y compañera de emprendimientos frutrados. Hacia las 8 de la noche no haciamos más que repetir "no toques fulanito que se te va a caer", "salí de ahi mengana que te podés golpear", "ni se te ocurra agarrar eso que te doy un chirlo!", "¿porqué querés todo lo que no podés?", "dejen de hacer moco, manga de niñitos y la que los tiró de las patas!!!"...
Y en un momento nos pusimos a reflexionar, ¿cuándo nos volvimos estos seres horrorosos llenos de negativas y prohibiciones cuasi absurdas? ¡si lo mismo no nos dan pelota!.
Después de entender que somos madres de poca autoridad, decidimos juntarnos solas la próxima reunión para hablar de trabajo o de-lo-que-sea, y dejar a los niños con quienes reconocen como ponedores del orden real, ya sea sus padres, abuelas o la mismísima televisión.