jueves, 15 de abril de 2010
No te escucho, soy de palo
Hoy tuvimos una reunión maternal-de trabajo... (más maternal que de trabajo)... con una amiga y compañera de emprendimientos frutrados. Hacia las 8 de la noche no haciamos más que repetir "no toques fulanito que se te va a caer", "salí de ahi mengana que te podés golpear", "ni se te ocurra agarrar eso que te doy un chirlo!", "¿porqué querés todo lo que no podés?", "dejen de hacer moco, manga de niñitos y la que los tiró de las patas!!!"...
Y en un momento nos pusimos a reflexionar, ¿cuándo nos volvimos estos seres horrorosos llenos de negativas y prohibiciones cuasi absurdas? ¡si lo mismo no nos dan pelota!.
Después de entender que somos madres de poca autoridad, decidimos juntarnos solas la próxima reunión para hablar de trabajo o de-lo-que-sea, y dejar a los niños con quienes reconocen como ponedores del orden real, ya sea sus padres, abuelas o la mismísima televisión.
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Hasta donde yo ví, la única que llama al orden o algo parecido es la TV (en realidad no sé si mi retoño estaría en paz contemplándola... o sacando ideas para innovar en su agenda de cagadas diarias)
ResponderEliminarDon: yo creo que amplian su repertorio... los Backyardigans esos son un azote, digo!
ResponderEliminarEn estos casos es muy útil la "cinta de embalar", pues poniendo al infante sobre un asiento y rodeándolo con esta cinta, sin olvidar cubrir sus bocas, verá como por lo menos, contará con una media horita para hablar y diagramar!!!
ResponderEliminarEso si, pasada la media horita, tendrá que reforzar la cinta en todas partes...
Saludazos!